Durante su Grado en Lenguas Modernas, Cultura y Comunicación en la UAM Guillermo obtuvo una beca para estudiar en la Universidad de Sophia en Tokio.
Experiencia japonesa:
Antes de ir, mucha gente me advertía de que Japón era un lugar hermético, lleno de «extraterrestres» y difícilmente incomprensible para cualquier europeo. Aunque parezca una obviedad, la concepción de algunos valores tan básicos como la educación, el respeto o incluso la amistad puede ser muy diferente según donde te encuentres. Sin embargo, las diferencias y similitudes culturales son algo de lo que nutrirse y aprender, por lo que mi experiencia no pudo ser más positiva. Aprendí que, con buena voluntad, tiempo –y algo de suerte—, hay barreras que acaban cayendo por su propio peso.
Sobre mí:
Crecer en un pueblo me ayudó a buscar continuamente entornos diferentes en los que aprender y desarrollarme. Eso fue lo que me llevó a Japón con 19 años, donde pude estudiar 10 meses en la Universidad de Sophia (Tokio) gracias a una beca de la Universidad Autónoma de Madrid. Esta experiencia me hizo replantear mi propio entendimiento de Japón, y ha sido clave a la hora de decidir que quería dedicarme a él profesionalmente.
Estudios: Graduado en Lenguas Modernas, Cultura y Comunicación / Máster en Estudios de Asia Oriental
Residencia: Murcia
Contacto: LinkedIn
SOBRE JAPÓN:
Al pasar todos los días por delante cogí un especial cariño a un diminuto parque que había cerca de Akebonobashi, a unos 100 metros del famoso Kabukichō. Tenía un torii en la entrada y un gran cerezo a su lado. Me resultaba muy curioso lo silencioso que era a pesar de estar tan cerca de una de las zonas más activas de la ciudad.
Cerca de la estación de Edogawabashi, en Tokio, había un viejo puesto de abura soba (fideos en aceite) encajado con calzador entre dos edificios. Solo cabían –como mucho— diez comensales y había que comerlos rápido y sin hablar demasiado. No solo es mi tipo de fideos favorito, sino que el de ese sitio en particular es el mejor plato que probé durante mi estancia en Japón.
Guardo con mucho cariño mi shuinchō. Es un pequeño libro en el que puedes conseguir un shuin (estampa sellada) en cada página si visitas un templo. Normalmente, la estampa se compone de varios sellos y la escritura superpuesta del nombre del templo y la fecha de la visita con tinta china.