Durante sus estudios en la Universidad de Kokugakuin en Tokio, María José recorrió todo Japón, sumergiéndose por completo en su cultura. Ahora en la web Okuroku nos cuenta todo lo que hay que saber sobre su segundo hogar.
Experiencia japonesa:
Japón me recibió con los brazos abiertos y absorbí todas las experiencias que pude en mi estancia. No sólo fui a la Universidad con otros extranjeros y con japoneses, también asistí a clases de deportes tradicionales, viví festivales shinto y budistas, me fui de Hanami, visité desde Nagano a Okinawa pasando por Kioto, Osaka, Kobe, o la zona donde vivía, Yokohama, Kamakura. Recorrí cada rincón que pude, me empapé de experiencias con japoneses que me abrieron las puertas a su mundo. Me enseñaron a estar en una Ceremonia del Té de manera correcta. Hice Ikebana, caligrafía e incluso horneé tazas hechas con mis manos. Disfruté de toda la gastronomía japonesa y me perdí en sus bosques. Disfruté de sus espectáculos de Kabuki, Noh, e incluso fui a ver el Sumo, sin dejar de lado los conciertos de música rock, pop o incluso orquestas sinfónicas. Salí en la tele, en la radio, en periódicos. Tuve una experiencia completa que exprimí hasta el último día. Y he de decir que volvería a repetirla una y otra vez. Para mi Japón es y será siempre, mi segundo país.
Sobre mí:
Desde pequeñita, tuve claro que quería saber más de Japón. No en vano soy karateka desde los 6 años. Antes de empezar la Universidad, ya estaba estudiando cursos de japonés en el Centro Cultural Hispano-Japonés de Salamanca. Y cuando se dio la oportunidad de estudiar Estudios de Asia Oriental, no me lo pensé. Mis estudios me llevaron a recibir 3 becas simultáneas para estudiar 1 año en Japón. La experiencia fue única. Estudiar en la Universidad de Kokugakuin me llevó no sólo a crecer como persona, sino a comprender desde dentro toda la cultura japonesa. Hice una inmersión completa. En el año que estuve no tuve contacto con españoles, y me esforcé en seguir todas y cada una de las convecciones japonesas. La transformación fue tal, que al volver a España no me sentía cómoda como española. Integrar las dos partes (la japonesa y la española) en mi, me ha enriquecido como persona a niveles que jamás imaginé. Japón me ha enseñado el respeto, el cuidado por los detalles, la amabilidad, la entrega al trabajo. Sin dejar de lado mi astucia española y mi facilidad para salir de situaciones sin guión, cosa que aún les falta a los japoneses aprender de nosotros.
Estudios: Licenciada en Estudios de Asia Oriental / Máster en Japonología
Residencia: Madrid, España
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